lunes, diciembre 31, 2007

Louis Barton

Entrada I
La lluvia es la cosa más bonita que existe, la gente se arremolina buscando algo de protección
y al final esta siempre nos gana la partida y nos empapa de arriba a abajo.

Pocos conocen el poder que se siente cuando alguien decide romper lo establecido, lo no escrito, y opta
por dejar que la lluvia le empape de humedad y libertad.

Entrada II
Es el poder de sentirse libre. De penetrar en esa ducha gigantesca en la que se ha convertido la ciudad, y que hoy, sólo hoy, es exclusivamente para nosotros.



El poder de sentirse aguijoneado por cientos de miles de gotas, de convertirse en roca, de domeñarlas a todas y cada una de ellas, dejando que resbalen sin resistencia, transformando tu cuerpo en una máquina perfecta que utiliza el pulsante agua como combustible, como savia, como sangre.

En mi vida ha habido dos ocasiones en las que me he postrado ante una tormenta de verano. Después de lo ocurrido ayer, no creo que vuelva a tener la oportunidad de hacerlo nunca más.


Entrada III
Ayer mi padre salió de la cárcel.
Quince años son muchos, seguramente demasiados, toda una vida.

Barton siempre habia sido una incognita para mi, su aspecto ligeramente desaliñado, sus brazos fuertes y su mirada inteligente me abrumaban, simplemente me hacian sentirme un guiñapo.

Aun así, lo que más detestaba de todo era la forma en que mi madre lo miraba, era extraña, casi salvaje.

Con los años he comprendido que simplemente se amaban como lobos hambrientos y lo que es peor, follaban como tal.

Puede que por eso durante años, mi padre fuese simplemente Barton en vez de papá o tal vez Louis, Louis Barton.


Entrada IV
Naturalmente, Louis Barton no era su nombre verdadero. Suena demasiado bien para ser real. Lo único que no me explico es cómo mi padre tuvo el ingenio suficiente como para inventarse un nombre así de rotundo.

Louis Barton.

Pero claro, todo en mi padre es una incógnita. Hasta hace quince años, yo mismo no sabía qué nombre escondía mi padre debajo de todo aquel tiempo con el seudónimo de Barton, ni de quién o de qué huía. Ni tan siquiera sabía qué nacionalidad tenía antes de llegar a París, y por tanto, cuáles eran mis orígenes.

Mi propia madre tampoco podía servirme de ayuda en mi intento de hallar el secreto de Barton. Conoció a mi padre pocos meses después de que éste desembarcase en París como polizón en un carguero.

Pocos meses. Eso fue lo que tardó Barton en hacerse con un pequeño capital. Era el principio de los 80 en Europa, una época en la que un hombre con la iniciativa y los pocos escrúpulos de Barton podía hacerse rico en pocos años.


Entrada V
16 de Agosto del año 1955. Sereflikochisar, Turquía.

Un país sin rumbo, una región central devastada por el hastio y las secuelas de la guerra, mucho silencio.

Sólo un inocente llanto rabioso, rompe la tarde haciendo que una pequeña granja de las afueras de ninguna parte salte de júbilo, finalmente Mirtha y Kerem han tenido su primer hijo, han sido bendecidos, ya no serán repudiados.

-"Mirtha, miralo..es fuertisimo, mira, mira como me aprieta el dedo..".
-"¡¡Es más fuerte que su padre!!, te quiero Kerem".
-"Lo llamaremos Kemal!"
-"Kemal, hijo mio, serás único.

Los primeros años de la vida de Kemal fueron especiales, sus padres cuidaban cada detalle e inculcaban lo mejor de si mismos sobre el niño.

Mirtha era una mujer diferente, de pelo negro y ojos enormes, los hombres siempre la habian visto como una montonera de pelo enredado e imposibles senos, cuando en realidad se trataba de un alma tranquila con un intelecto desmesurado.

Muchos habian sido los años de sufrimiento intentando no destacar demasiado en nada para evitar problemas y esquivando con mejor o peor acierto a granjeros que desconocian el significado de las palabras higiene y ternura.

Eso hacia diferente a Kerem, era fuerte como el que más, puesto que trabajaba de sol a sol haciendo lo que las mulas no podían, pero a diferencia del resto, no hablaba a gritos ni se emborrachaba cada noche.

Un dia Kerem, rompio su calma, se avalanzó directo hasta Mirtha y le dijo:
"Quiero llevarte lejos y enseñarte el mar" y ella atónita no respondió.

Meses más tarde se casarían en su pequeña granja, con 2 cerdos y 7 vacas como testigos de un enlace no muy celebrado por unas familias con aspiraciones más bien dudosas.



Entrada VI
Ahmet nació dos otoños después que Kemal, en un parto difícil que condicionó la salud de Myrtha hasta el resto de sus días.

La infancia de Kemal no fue fácil, pero años más tarde recordaría con melancolía las montañas que se alzaban imponentes y duras sobre su cabeza, y el lago Tuz Golu, a unas cinco millas de la aldea, donde iba a pescar con su hermanito.

Kemal heredó su carácter de su padre, y éste lo había heredado anteriormente de su abuelo. Casi podría decirse que se trataba de la única herencia que la rama paterna de Kemal iba dejando de generación en generación: un carácter severo e introspectivo, con una fuerza de voluntad y una capacidad de trabajo y sacrificio que invariablemente había levantado los odios y las envidias de todos sus vecinos.

Fue ese odio lo que provocó la tragedia en la familia de Kemal, y que el niño que parecía destinado a ser un hombre bueno y feliz terminase convirtiéndose en un fugitivo atrapado por su pasado.


Entrada VII
-“Kerem, acércame el bastón. Ya deberíamos haber partido, toda mi familia espera en Tuz Golu, sabes que es una reunión especial para ellos”.

-“Lo se pequeña, no te preocupes, tendrán todo el día para criticarnos, burlarse de nuestros hijos y recordarte tu cojera” dijo Kerem con sonrisa maliciosa.

Mirtha sonrió, pues siempre adoró la ironía de su marido, y cambiando de tema le preguntó “¿Y los críos?, ¿Dónde están Kemal y Ahmet?”.

Los niños, que contaban 5 y 7 años, estudiaban en casa con su madre quien les enseñaba a leer, escribir y les contaba historias sobre la Grecia clásica y la naturaleza del hombre, Hobbes, Rosseau, Bacon eran nombres que sonaban con cierta frecuencia junto a la chimenea de aquella cabaña.

El padre por su parte, les enseñaba los secretos de la naturaleza, las mejores plantas para los dolores de cabeza, como orientarse en las noches sin Luna, la forma de usar firmemente el hacha, como cerrar tratos justos.

El resto del tiempo, los hermanos simplemente jugaban con los animales y corrían uno detrás del otro esperando por el día en que tocase bañarse en el lago.

Hoy era un gran día y ambos lo sabían, llevaban preparados horas, esperando junto al carro a que sus padres acabasen de recoger los bártulos y sólo podían reírse al pensar en las carreras que iban a hacer a la orilla de Tuz Golu.

“Así que ya estabais aquí, eh!, sois más listos que vuestro padre, ayudadme con estos cestos” decia Mirtha mientras pasaba el pan a sus dos hijos.

“Pan, vino, tortos…creo que no se me olvida nada.”

El carro arrancaba mientras acababa de amanecer, cada miembro del carro entregaba su vista al paisaje que tan temprano brindaba la naturaleza llenando su cabeza de imágenes que tenían un único punto en común.

El lago.

jueves, diciembre 13, 2007

Ilusiones de siempre

De vez en cuando mi voluntad flojea y se me olvida porque coño me gustaba la idea de ser Ing. Informático.

Por suerte siempre hay algún chino o similar que me hace recordar que las posibilidades están ahi y que además nunca es tan complicado como parece.



Mola, eh??

Por cierto, para la Vaguada Mix, se os echa de menos, alguna posibilidad de quedada en Navidad??